La imagen es del juego de rol 'Politburó, Lucha de poder'. Nada que ver con lo que se describe aquí abajo.,
Purga: "Expulsión o eliminación de funcionarios, empleados o miembros de una organización, etcétera, que se decreta por motivos políticos y que puede ir seguida de sanciones más graves".
(Tercera acepción del término en el Diccionario de la R. A. E.)
(Tercera acepción del término en el Diccionario de la R. A. E.)
"Este no era tan rojo, pues a trabajar a Las Moreras". Escuchado en Capitulares.
Es legítimo y bastante lógico que cuando se produce un cambio de gobierno, el nuevo capitán de barco decida cambiar a sus oficiales. El capitán deposita su confianza en unos oficiales que tienen que poner a los marineros de la nave a enderezar el rumbo del barco. Es legítimo y bastante lógico, sobre todo en democracia.
Pero no es ni legítimo y mucho menos es lógico comenzar a cambiar a los marineros de sitio sobre todo cuando algunos (yo creo que bastantes) habían demostrado que sabían hacer su trabajo mejor que nadie, al margen de su ideología, si es que esta fuera importante para desempeñar su labor.
Un partido conservador, ahora con una cuota de poder a nivel nacional excepcional, siempre ha defendido la máxima aquella de que si algo funciona es mejor no tocarlo para evitar que se estropee. Pero, o eso era antes, o ya no son conservadores y ahora son otra cosa.
Un ayuntamiento no es un cortijo. Sus funcionarios y sus trabajadores no son jornaleros a los que se elige a dedo para trabajar desde un Land Rover en la plaza de un pueblo. Y apartar, discriminar, desplazar o despedir a un trabajador por un motivo ideológico es un delito. Como poco.
Es legítimo y bastante lógico que cuando se produce un cambio de gobierno, el nuevo capitán de barco decida cambiar a sus oficiales. El capitán deposita su confianza en unos oficiales que tienen que poner a los marineros de la nave a enderezar el rumbo del barco. Es legítimo y bastante lógico, sobre todo en democracia.
Pero no es ni legítimo y mucho menos es lógico comenzar a cambiar a los marineros de sitio sobre todo cuando algunos (yo creo que bastantes) habían demostrado que sabían hacer su trabajo mejor que nadie, al margen de su ideología, si es que esta fuera importante para desempeñar su labor.
Un partido conservador, ahora con una cuota de poder a nivel nacional excepcional, siempre ha defendido la máxima aquella de que si algo funciona es mejor no tocarlo para evitar que se estropee. Pero, o eso era antes, o ya no son conservadores y ahora son otra cosa.
Un ayuntamiento no es un cortijo. Sus funcionarios y sus trabajadores no son jornaleros a los que se elige a dedo para trabajar desde un Land Rover en la plaza de un pueblo. Y apartar, discriminar, desplazar o despedir a un trabajador por un motivo ideológico es un delito. Como poco.
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